Envíos de frutas a Brasil “se mantiene sin modificaciones ni inconvenientes”, según confirmaron desde el SAG, quienes además destacaron que la temporada de exportaciones de cerezas avanza con normalidad y sin restricciones adicionales.
El Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) confirmó que los envíos de frutas a Brasil -tales como cerezas y otras frutas frescas- continúan desarrollándose con total normalidad, pese a la reciente detección de una plaga del ácaro Brevipalpus chilensis, conocido como “falsa arañita de la vid”, en un embarque que ingresó por el aeropuerto de São Paulo.
El hallazgo de la plaga en el envío de frutas, correspondiente a más de una tonelada (1.120 kilos) de cerezas, fue identificado durante una inspección rutinaria realizada el pasado 10 de noviembre en el Aeropuerto Internacional de Guarulhos, en São Paulo, por el Sistema Internacional de Vigilancia Agrícola (Vigiagro), dependiente del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAPA) de Brasil.
Ante tal situación, desde el SAG señalaron que este tipo de inconvenientes -sobretodo en el envío de frutas- forma parte del trabajo habitual que realizan las Organizaciones de Protección Fitosanitaria (ONPF) a nivel internacional, en el marco de sus procesos de inspección y control. En ese sentido, enfatizaron que la detección de Brevipalpus chilensis en un cargamento, no implica la suspensión ni modificación de los flujos comerciales establecidos entre ambos países.
Si bien el hallazgo en el envío de frutas no ha afectado la continuidad del comercio, las autoridades brasileñas sí activaron medidas preventivas conforme a su normativa interna. El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAPA) de Brasil, advirtió que la plaga Brevipalpus chilensis puede atacar no solo a las cerezas, sino también a otros cultivos de importancia económica como uvas, naranjas, kiwis y diversas especies ornamentales.
Como solución a la detección de la plaga en el envío de frutas, y siguiendo los protocolos establecidos para la protección de la agricultura brasileña, éstas fueron fumigadas y luego incineradas. “Este procedimiento cumple con la legislación vigente y tiene como objetivo proteger la producción agrícola nacional de la ausencia de plagas que podrían causar daños económicos”, explicaron desde MAPA.
