De acuerdo a un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el modelo de sistema de pensiones privatizadas en Chile -impuesto bajo la dictadura de Augusto Pinochet- fue copiado por 29 países entre los años 1981 y 2014, y de estos, 13 en Latinoamérica.
De esta cifra, 18 países habían revertido este sistema al año 2018 por el deterioro de las pensiones y los malos resultados, quedando Chile, México, Colombia y Perú entre los que lo conservan y a las puertas de una reforma que, en el caso de Chile, se podría dar con la llegada del nuevo gobierno de Gabriel Boric.
Cabe destacar que, el descontento con este sistema de capitalización individual y las bajas pensiones que ofrece fue uno de los detonantes del estallido social de 2019 que llevó a un acuerdo político para redactar una nueva Constitución que trajera profundas reformas al país y terminara con las violentas protestas.
A la fecha, en Chile, cada trabajador y trabajadora tiene la obligación de aportar el 10% de su sueldo mensual a una de siete Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), para cubrir el retiro laboral una vez que la mujer cumpla los 60 años y el hombre, los 65.
Frente a este escenario, el equipo del Presidente entrante tiene una propuesta basada en tres pilares:
Pilar no contributivo o universal, que consiste en una pensión básica para todas las personas, independiente de si cotizaron o no. El monto tendría una base que alcanzaría, eventualmente, los $250.000 (US$ 294 mensuales).
Este pilar estaría financiado por recursos fiscales. “El fisco gasta actualmente en el sistema de pensiones básicas solidarias 1,2 puntos del PIB, que son un poco más de 3.400 millones de dólares, aproximadamente.
Este gasto, nosotros estamos planteando aumentarlo a 2 puntos adicionales. Eso va de la mano con una reforma tributaria“, detalla Rodolfo Márquez, coordinador ejecutivo de la propuesta de previsión del programa de gobierno de Boric.
Pilar contributivo, donde se recaudan las cotizaciones obligatorias de los trabajadores y los empleadores. Este pilar, a su vez, tiene dos componentes: uno de ahorro y otro para transferencias solidarias.
“Un tercio, máximo, se puede usar para financiar esta modalidad de reparto y el resto de la tasa de cotización se va a ahorrar para invertirlo y obtener rentabilidad de manera colectiva”, especifica.
Pilar de Ahorro Voluntario, para que las personas que puedan y quieran ahorrar en forma voluntaria y complementaria a lo obligatorio, tengan la opción de elegir instituciones privadas para que los administren.
Y en este punto estaría contemplada la participación de las AFP, “si así lo deciden (…) cuando hablamos de desprivatizar el sistema, hablamos del pilar contributivo obligatorio, de ahí es donde nosotros, al menos en el programa, planteamos eliminar a las AFP”, puntualiza Márquez.
Fuente: https://forbescentroamerica.com/2022/01/05/reforma-de-pensiones-el-paso-definitivo-en-chile-que-sigue-latinoamerica/