El Plan contra la Sequía incluye medidas que buscan aumentar la disponibilidad de agua, mejorar la eficiencia en su uso y asegurar el abastecimiento para el consumo humano y la producción de alimentos. La desalación de agua se fortalecerá especialmente en las regiones de Coquimbo y de Valparaíso, las más afectadas por la escasez hídrica. Además, se espera agilizar proyectos de inversión en plantas desalinizadoras.
Por lo que, la iniciativa busca promover la desalinización, con foco en las regiones más afectadas por la sequía; la tecnificación del riego para la producción de alimentos; un nuevo impulso de inversión para el agua potable rural; y el uso eficiente del recurso en las ciudades. En tanto, los Actores, Proveedores y Productores de la Fruta en Chile los puede conseguir aquí
La capacidad de las plantas desaladoras que actualmente existen en nuestro país para uso de minería, industria y consumo humano asciende a 6.653 litros por segundo. En tanto, están en construcción cuatro proyectos de desaladoras en las regiones de Tarapacá, Antofagasta, Atacama y Coquimbo; existen tres proyectos en proceso de calificación ambiental y cuatro en desarrollo.
En cuanto a la tecnificación del riego, se continuará adelante con el plan de construcción de 26 embalses impulsados durante este Gobierno y se pondrá discusión inmediata a la prórroga de la Ley de Riego por 12 años más. En la última década, esta ley permitió inversiones en obras de infraestructura que beneficiaron a más de 330.000 usuarios, de los cuáles el 80% fueron pequeños agricultores.
Además, se creó un Fondo Especial de Sequía que permitirá superar los $110 millones de dólares de inversión en riego por año, en 2021 y 2022; y se impulsará un fondo de investigación estratégica en sequía por $6.000 millones de pesos, con el cual se espera obtener propuestas concretas de corto y mediano plazo para hacer frente a la sequía.
Los proyectos de Agua Potable Rural para garantizar el consumo humano también se verán fortalecidos. En 2021 se invertirán más de US$342 millones, casi triplicando el promedio de inversión anual de la última década (2010-2019) y se mantendrá un impulso de inversión en Agua Potable Rural para alcanzar una inversión de $650 millones de dólares para el bienio 2021-2022.
Finalmente, se buscará crear conciencia en la sociedad, incluyendo a gobiernos regionales y municipales, empresas, agricultores, compañías sanitarias y familias, sobre el uso eficiente del agua en las ciudades. Las medidas incluyen, por ejemplo, un trabajo coordinado con los municipios que evite riegos diurnos o excesivos.