Leer un libro, que se puede acariciar, sopesar, meterle la nariz para oler su aroma a tinta nueva o papel viejo, lejos de morir olvidado, está en vías de renacer. Lo digital nunca superará lo impreso, pero facilita al lector viajar en historias y aventuras, originales y creativas
SIN MARCADORES. Cuando cerramos un libro a medio camino de la lectura, el cerebro humano sabe en qué página nos quedamos y adónde regresar. Mientras que, el proceso se entorpece cuando leemos en una pizarra de cuarzo, porque el cerebro se desorienta cuando reiniciamos de nuevo la lectura. No sabe adónde se quedó la vez anterior.
Libros en la alquimia del papel al digital. El triunfo de lo tangible contra lo intangible, de la realidad contra la ilusión, de la materia contra la simulación de la materia.
Se destaca que el libro digital no consume bosques enteros, como en el caso de los libros impresos. Incluso, a estos tiempos, en la más lejana de las aldeas se puede instalar una biblioteca de miles de ejemplares de un libro, con solo unas cuantas pantallas y una conexión a internet, que abre paso -a su vez-, a decenas de grandes bibliotecas digitales en el mundo.
FUENTE: https://www.america-retail.com/opinion/los-libros-de-verdad/
