Fitosantiarios y su correcta aplicación para un eficiente control de plagas

Los agricultores, usuarios de plaguicidas, pueden minizar la pérdida de producto, proteger su salud y el medio ambiente, y acceder a mercados exigentes cumpliendo el Límite Máximo de Residuos (LMR).

La importancia de la correcta aplicación de productos fitosanitarios está reflejada en la gran cantidad de información existente y en la relevancia que le otorgan organismos especializados como la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), y entidades nacionales como el SAG y la Asociación Nacional de Fabricantes e Importadores de Productos Fitosanitarios, Afipa.

Según explica la FAO en la publicación Guías sobre Buenas Prácticas para la Aplicación Terrestre de Plaguicidas, “los operarios de equipos de aspersión deben recibir adiestramiento adecuado antes de manipular y aplicar pesticidas, y la terminación satisfactoria de un curso puede dar como resultado un certificado reconocido de competencia para cubrir la manipulación segura de productos; distribución del producto hasta el objetivo, e instrucción sobre el uso de equipo de aspersión apropiado”.

El documento reconoce además la importancia de leer las instrucciones y recomendaciones de uso que vienen en la etiqueta del producto, considerando especialmente las medidas de seguridad y las dosis aconsejadas. En este sentido, el uso del equipo de protección personal (EPP) es esencial para el cuidado de la salud del operario.

¿Cuáles aspectos son relevantes en la aplicación? Dependiendo del equipo que se utilice, se deben considerar aspectos como el tipo de cultivo, el número de tratamientos permitidos durante la estación de crecimiento y hasta cuántos días antes de la cosecha se pueden aplicar. Igualmente, importante para prevenir las áreas sensitivas ambientales son las condiciones meteorológicas al momento de la aplicación.

Respecto de los equipos y la correcta aplicación, se deben considerar el tipo de aspersor, la calibración y su potencial de deriva, el tipo de boquilla, el volumen de la solución que se va a rociar y la época de aplicación correcta.

Para el caso de un pulverizador hidroneumático, previamente se debe haber verificado y reparado todas las partes del equipo. Al comenzar, se anota la presión trabajo, luego se verifica su velocidad, se llena el depósito hasta la mitad de su capacidad, se marcan 100 m, se conduce sobre la distancia medida (con el depósito medio lleno) y se controla el tiempo en segundos que toma recorrerlos. También se determinan el caudal de las boquillas y la presión. Después de definir la velocidad y elegir el volumen de aplicación de acuerdo con la densidad de los árboles, se calcula el caudal total de las boquillas.

Lo anterior permitirá cumplir con las Buenas Prácticas Agrícolas, área relevada por Afipa y sus capacitaciones. “Para nosotros –señala María Elvira Lermanda, gerente general de Afipa–, el cumplimiento de las directrices de la etiqueta son relevantes. En nuestros entrenamientos enfatizamos aspectos que tanto para las autoridades del sector como para los mercados de destino y consumidores finales, son prioritarios”.

#DIRECTORIOFRUTA

Fuente: AFIPA http://www.afipa.cl/web1/index.php/noticias/noticias-generales/178-correcta-aplicacion-terrestre-de-fitosanitarios-para-un-eficiente-control-de-plagas.

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