EL PLANETA AZUL

Aquella era una de tantas noches frescas de verano, en las que acostumbradamente nos reuníamos a meditar en nuestra casa con la familia y los amigos. No era muy tarde y todos los asistentes habíamos aguardado con mucha expectación la reunión, intuyendo quizá, que en aquella ocasión se nos tenían reservadas importantes revelaciones que nos permitieran ir atando cabos; uniendo todo lo recibido hasta entonces a lo largo de cientos de recepciones, multitud de salidas al campo y unas cuantas, pero contundentes experiencias de contacto físico.

Los trabajos de respiración, relajación, concentración y meditación de aquella velada, iban encaminados a unir nuestras intenciones, buscando la actitud receptiva adecuada que nos permitiese captar un nuevo mensaje psicográfico procedente de seres extraterrestres, con los que al cabo de los años, ya habíamos establecido una relación estrecha y fraternal, la cual se había corroborado una y otra vez con avistamientos previa cita en el desierto al sur de Lima. Contactos serios y trascendentales comprobados por la prensa internacional con la intención de ir predisponiendo el ambiente frente a un próximo encuentro definitivo y generalizado con la humanidad.

Una a una las personas iban tomando asiento en las sillas y sofás de la acogedora sala, rodeada de paredes de las que colgaban multitud de cuadros y recuerdos, regalados por los innumerables grupos formados en todo el mundo a partir de una primera experiencia ocurrida en 1974 en Lima, capital del Perú.

Cada uno de aquellos obsequios estaba cargado de amor y cariño; de historia y de grandes logros como realizaciones en la difusión de un mensaje de cambio y esperanza para la humanidad.

Llegado el momento, empezamos nuestro trabajo de preparación haciendo todos, silencio, para luego irnos acomodando, ubicándonos parados con los talones juntos y en una actitud mental positiva de interiorización. La idea era colocarnos todos en círculo, intercalándonos hombres y mujeres para polarizar las energías, siempre que el número lo permitiese y aprovechar la potencialidad del grupo.

La luz de la habitación había sido gradualmente disminuida, para crear una ambientación especial de introspección. En ese momento pedí a todos los participantes que elevasen sus brazos y sus manos por encima de sus cabezas. Luego, sugerí que tomaran una respiración lenta y profunda por la nariz, utilizando el vientre como si fuera un fuelle, llenando la parte baja, media y alta de sus pulmones. A continuación, debían retener el aire y luego exhalarlo lo más lentamente posible también por la nariz. Así por tres veces consecutivas, y con cada una de ellas, imaginarse que descendía a través de sus manos y brazos elevados, una energía de luz dorada procedente del cosmos, que se concentraba en el pecho de cada uno, activando el propio sol interior.

Cada exhalación debía venir acompañada de un movimiento de nuestros brazos, abriéndolos en arco y formando así una cúpula de protección, a manera de un domo de luz, para que nada malo, nada negativo pudiese prevalecer contra nosotros; contra el grupo y la casa que nos albergaba; ni contra nuestros hogares a la distancia. Además esta cúpula de protección nos libraría de la asechanza de cualquier entidad negativa que tratase de interceptar nuestra propuesta de contacto.

Para consolidar dicha cúpula de protección, repetimos todos a continuación la siguiente gran invocación:

 Que las fuerzas de la luz iluminen a toda la humanidad.

Que el espíritu de paz se difunda por el mundo.

Que el espíritu de colaboración una a los seres humanos de buena voluntad, donde quiera que estén.

Que el olvido de agravios por parte de todos los seres humanos, sea la tónica de esta época.

Que el poder acompañe, el esfuerzo de los grandes seres.

Desde el punto de luz en la mente de Dios que afluya luz a las mentes de los seres humanos, que la luz descienda a la Tierra.

Desde el punto de amor en el corazón de Dios, que afluya amor a los corazones de los seres humanos que Cristo se manifieste entre nosotros, ya que ha retornado a la Tierra.

Desde el centro donde la voluntad de Dios es conocida, que el propósito guíe las pequeñas voluntades de los seres humanos; el propósito que los maestros conocen y sirven.

Desde el centro que llamamos la raza humana, que se realice el plan de amor y de luz, y selle las puertas donde se halla el mal.

Que la luz, el amor y el poder, restablezcan el plan divino en la Tierra.

Que así sea y así será, y que todos cumplamos con nuestra parte.

Terminada la invocación, los asistentes cruzamos nuestras manos a la altura del pecho, quedando en silencio por espacio de un minuto; agradeciendo al Todopoderoso por la oportunidad que nos brindaba de estar todos allí reunidos compartiendo los trabajos… A continuación, nos sentamos lo más cómodamente posible, colocando los talones juntos y las palmas de las manos, una encima de la otra, dejando las manos relajadas sobre nuestras piernas; cerrando de esta manera el circuito interno de energía.

Dirigí entonces una relajación muy profunda, pidiéndoles a todos que mantuvieran la respiración lenta y pausada por la nariz, inhalando, reteniendo y exhalando lentamente, lo más lento posible. Mientras hacían esto, les pedí que se imaginaran que podían masajear su cuerpo como si lo frotaran con las manos físicas; pero mentalmente.

Con cada respiración rítmica, debían visualizar o imaginar que la energía se concentraba en su interior a la altura del pecho y, desde allí, enviaban la energía a todo el cuerpo.

Empezamos por masajear y relajar mentalmente los pies, y desde allí fuimos ascendiendo masajeando todo el organismo, frotando las plantas de los pies, los talones, los tobillos, las rodillas, muslos, glúteos y caderas. Todos debían sentir cómo la energía cubría por dentro y por fuera los huesos, los músculos, tendones y ligamentos, fortaleciéndolos y haciendo desaparecer todo dolor, toda molestia.

Manteniendo la respiración rítmica, por la nariz, debían sentir todos un agradable calor que iba subiendo desde los pies hasta la cabeza, envolviendo todo el cuerpo en luz y energías positivas.

El masaje mental continuaba con las caderas, los órganos sexuales, los intestinos y cada uno de nuestros órganos internos. Debíamos sentir cómo la energía que se distribuía por nuestro interior gracias a la respiración lenta y profunda, envolvía por dentro y por fuera nuestros órganos, masajeándolos y liberándolos de tensión.

Poco a poco nuestros órganos iban recuperando su normal funcionamiento al envolverlos con luz por dentro y por fuera… Llegamos entonces al corazón y a los pulmones, masajeándolos como si los acariciáramos con las manos, pero mentalmente, y sintiendo los desplazamientos de la energía en nuestro interior. Los latidos del corazón se van haciendo cada vez más y más lentos. Sentimos también, cómo los pulmones se van limpiando de toda contaminación, de toda acumulación de energía negativa.

Del corazón y los pulmones pasamos a la columna vertebral, ascendiendo lentamente y masajeando vértebra por vértebra. Con este masaje mental poco a poco vamos corrigiendo cualquier posible desviación de la columna, restaurando el normal flujo de las energías.

Seguimos entonces a los hombros y relajamos los brazos, los codos y las manos, de tal manera que de los hombros hacia abajo ya no sentimos nuestro cuerpo, sólo sentimos una agradable sensación de paz y de armonía; un agradable calor que nos envolvía y que duraría todo el tiempo que nosotros así lo permitiéramos.

Continuamos el ascenso, y fuimos masajeando como si frotáramos con las manos: el cuello y la nuca. Sentimos oleadas de energía que ascienden de los pies a la cabeza… ¡Qué agradable sensación de paz y de armonía la que experimentamos!… Masajeamos luego mentalmente la glándula tiroides y restablecimos el normal funcionamiento glandular. Habíamos llegado entonces al rostro y lo relajamos, frotando los músculos de la cara comos si los acariciáramos con nuestros propios dedos. Los párpados se cerraron por sí solos; la boca quedó entreabierta. Percibimos en ese instante, cómo la energía se concentraba en nuestros dientes –que son los fusibles del organismo—, restaurando el equilibrio eléctrico del cuerpo.

Llegamos alcanzando con la relajación nuestros ojos y oídos. Los visualizamos mentalmente y los envolvimos en luz, devolviéndoles una normal y saludable visión así como una correcta y sana audición, recuperando también el equilibrio corporal. A continuación, seguimos con la parte posterior de la cabeza masajeando el cerebelo, el bulbo raquídeo, la médula espinal, activando las glándulas pituitaria y pineal.

Finalmente llegamos al cerebro, tal como si lo tuviésemos delante de nosotros y pudiésemos frotarlo, así sentimos que lo hacemos; como si lo acariciáramos con las manos. Sentimos cómo íbamos liberando nuestra mente de todo pensamiento negativo, de toda preocupación o idea obsesiva… Y quedamos en paz… Perfectamente relajados y libres de toda tensión… Durando esta relajación, todo el tiempo que nosotros así lo deseábamos…

De allí en adelante ningún ruido interferiría nuestro trabajo sino que por el contrario, todo ayudaría a relajarnos más y más.

Después de esta profunda relajación hicimos unas vocalizaciones de palabras clave o llave, que no sólo sirven para elevar la vibración del ambiente, sino que también permiten lograr una armonía de conjunto. En esa ocasión vocalizamos entre todos, palabras como: OM, RAMA, AMAR y, ADONAI; muchas veces cada una de ellas. Y el resultado fue una excelente ambientación para iniciar nuestra meditación.

En esta oportunidad se habían tomado todas las previsiones del caso, por lo cual teníamos a mano lápiz y papel, ya sea que algunos de los presentes o más de uno, sintiésemos la necesidad de transcribir lo que pudiese estarse captando mentalmente durante la meditación; o sea, en el caso de que se diese una posible recepción psicográfica o comunicación telepática.

Sabemos que la meditación es la búsqueda del ser humano por llegar a estar a solas y en silencio para conectarse consigo mismo. Con la meditación se consigue un estado interno de paz y armonía indispensable para nuestra salud mental y espiritual; y que a la vez, como dijimos, resulta el adecuado para cuando se procura la comunicación con el maestro interno, con Dios, con extraterrestres, ángeles o maestros ascendidos. Y esto porque: ¿cómo puedo oír la voz de mi real ser y saber quién soy yo mismo, si no me pongo en la actitud adecuada? Si quiero oírme tengo que aquietarme, y en el silencio interno, procurar despejar mi mente o mejor dicho, dejar mi mente en blanco para estar atento.

Si aprendemos a respirar, tendremos la energía necesaria para realizar trabajos superiores y trascendentes. Entonces, podremos relajarnos, que es eliminar la tensión dispersa por nuestro cuerpo, recuperando poco a poco la salud y así podremos concentrarnos. Concentrarse es ordenar los pensamientos y aprender a pensar una sola cosa a la vez. En este proceso de ordenar el propio desván que es nuestra mente, uno debe enfrentar sus ideas procurando controlarlas, y así va reconociendo cuándo tal o cuál idea es suya y cuándo podría no serlo, teniendo ésta un origen exterior a uno. Y si la persona –producto de la constancia—llega a entrenar su mente como para pensar sólo una cosa a la vez, aun ese solo pensamiento lo podría erradicar y liberarse, dejando transitoriamente la mente en blanco.

Habiendo llegado todos a crear el ambiente adecuado, nos sumergimos en la meditación silenciosa, repitiendo una y otra vez mentalmente la pregunta: ¿quién soy yo?

Sólo aquellos que ya teníamos tiempo meditando y contábamos con nuestro nombre cósmico, repetíamos esta clave personal a manera de llave o clave de ingreso a nuestro propio interior. El nombre cósmico es un sonido o vibración personal que es único, y que puede ser recibido ya sea durante las meditaciones del quién soy yo a través de cualquier clase de meditación; como también mediante alguna revelación interna, o en sueños, o en alguna salida de contacto facilitado por parte de los guías extraterrestres que lo pueden leer en nuestra aura.

A lo largo de innumerables minutos, el grupo estuvo meditando en silencio y aislado en su propio interior, llenándose el ambiente de una hermosa atmósfera de misticismo, acompañada de un misterioso y exquisito aroma de flores, consecuencia quizá de la presencia de alguna entidad superior proyectada en medio de la reunión o por la vibración alcanzada por el conjunto de personas. Y al parecer fue más bien una presencia superior, por cuanto al terminar más tarde el trabajo de captación, hubo comentarios de parte de varias personas que coincidían en haber percibido la presencia de alguien con una luz muy intensa y una agradable vibración, como parado o caminando en medio de todos. Quizá se tratase de la proyección de uno de los guías.

Durante la meditación más de uno nos sentimos impulsados a tomas entre nuestras manos papel y lápiz, y transcribir lo que vertiginosamente venía a nuestra mente. La sensación era extraña, como de una presión intensa en la nuca y en la frente, así como mucho calor y, como una energía extraordinaria concentrada sobre el brazo y la mano, que la hacía muy pesada. Sin embargo toda la captación era algo muy agradable, como si a uno le hablasen al oído.

A lo largo de la recepción nos permitimos ir haciendo preguntas que nos ayudaran a profundizar los temas que se nos fueron planteando. El resultado final de ésta y otras recepciones similares, es este gran mensaje o revelación sobre un tema tan importante como es “El Plan Cósmico”, y que nos lleva a vislumbrar el rol y la gran misión de la humanidad.

Los mensajes decían:

–Sí, Oxalc, somos vuestros hermanos guías del cosmos en contacto desde nuestras naves que se encuentran, unas orbitando vuestro planeta y otras en bases submarinas y subterráneas.

–¿Quiénes son ustedes realmente?

–Somos viajeros por el tiempo y el espacio… Pertenecemos a diversos órdenes jerárquicos.

–¿De dónde proceden?

– De diversos puntos de esta galaxia y de galaxias cercanas, así como de diferentes planos de conciencia y diferentes dimensiones.

– ¿Cuántas civilizaciones distintas están llegando a nuestro mundo?

– Autorizadas y sin autorización suman unas sesenta.

– ¿Todas vienen con buenas intenciones?

– El que lleguen algunas sin permiso demuestra que hay de todo en el espacio como lo hay en la Tierra. Pero sí es bueno aclararles, que no es tan fácil que quienes no vienen con buenas intenciones puedan actuar libremente en vuestro mundo.

En este momento está establecida una cuarentena planetaria resguardándolos de las arbitrariedades de algunos; aunque nunca falta quien logra burlar los controles existentes.

– ¿Es que acaso hay como unos guardianes y vigilantes?

– Existen en esta galaxia aquellos que son conocidos como los Sembradores de Vida o Ingenieros Genéticos, encargados de ayudar a la naturaleza esparciendo la vida inteligente por los diversos rincones de la galaxia; luego vienen los Guardianes y Vigilantes cuya labor se concentra en el control de los procesos iniciados en planetas seleccionados para la experimentación, o en la protección y supervisión de los mundos en surgimiento; y finalmente vienen los Instructores, contingente a cargo del suministro de información y conocimiento así como de la ayuda en la activación de mecanismos que contribuyan al despertar de las conciencias y de las potencialidades internas de la mente. Todos ellos están bajo la coordinación y dirección de un Consejo principal de Ancianos conocido como el Consejo de los 24 Ancianos de la Galaxia o Consejo de la Confederación de Mundos, que agrupa a todos los mundos más evolucionados de la galaxia en capacidad de ayudarse y dar ayuda a otros.

– ¿Cómo puede ser que entre civilizaciones tan avanzadas aún se encuentren algunas que sean agresivas?

– Simplemente hay quienes vienen a lo suyo, sin importarles los procesos propios de otros mundos; y hay otros que no están de acuerdo con el Plan Cósmico tal y como está dispuesto, y consideran que su intervención en tal o cual planeta está plenamente justificada si es útil para mantener un orden conveniente a ciertos intereses que no necesariamente suelen ser los de la mayoría.

Además el gran avance tecnológico no es garantía de un similar avance ético y espiritual.

– Entonces, ¿ciertamente hay un Plan Cósmico? ¿Cuál es y en qué consiste?

– Ustedes lo han dicho… Pero vamos paso a paso para que lo puedan entender.

– Hermanos Guías, ¿cómo empezó todo?

– Al principio de este nuevo principio del universo material, todo era ausencia y oscuridad, luego, la Voluntad Suprema del Profundo Amor de la Conciencia Cósmica que es la manifestación del Creador en el universo material, permitió que se materializara la presencia y la luz, ocupando una parte del todo, y a partir de ese momento, ha habido un continua sucesión de momentos de oscuridad y de luz, de ausencia y presencia, dentro y fuera de todos y de todo, en una lucha de primacía que mantiene la dinámica de evolución. Ha sido así hasta que llegue el tiempo sin tiempo, en que la luz brote del interior de cada ser como cuando el agua brota de una peña, y sea entonces que no importe la posible oscuridad exterior por cuanto los pasos que se den serán intuitivamente seguros, y a la vez conscientes de ser guiados por la reconexión alcanzada con esa Voluntad Superior.

Esa luz la dará el conocimiento y la certeza del propósito de la vida y del Plan Cósmico para con la humanidad con la humanidad. Conocimiento que será revelado en al medida que vaya brotando en los seres la necesidad de búsqueda de respuestas. Y es que el conocimiento como el agua, es buscada afanosamente sólo cuando hay sed, porque cuando hay sed hasta el instinto mismo les ayuda a encontrarla.

La comprensión y el conocimiento permitirán también descubrir la eterna presencia que mora en todo y en todos, a partir de lo cual la soledad no existirá más.

– ¿Hubo más de un principio?

– Ha habido muchos y muy distintos, porque el Creador –que está tras el universo de su creación—, se experimenta a sí mismo a través de sus criaturas. El actual principio es uno más…

Es como si estuviésemos a la mañana de un nuevo día y el panorama se presenta innovador.

– ¿El universo es finito o infinito?

– El universo material tiene principio y tiene fin. Empezó y terminará. Es como una gran esfera, tiene fin pero no posee límites.

–¿Hay sólo un universo?

– Hay múltiples; pero esencialmente podemos sintetizarlos en tres universos, uno contenido dentro de otro. El universo inicial o primordial que es el interno es el llamado universo espiritual. Este ha generado al universo mental que es el llamado eterno, y éste a su vez ha creado al universo material o externo. Cada uno actúa a través del otro.

El universo material posee siete dimensiones, por ello los seres conscientes y pensantes tienen siete cuerpos para actuar en aquellas siete dimensiones. Para despertar la conciencia en cada uno de esos siete cuerpos, se requiere activar los siete centros o vórtices de energía interior que se poseen ubicados a lo largo de la columna vertebral, y ello se logra cuando llegamos a conocer y vivenciar las siete leyes y principios universales que rigen la creación.

En la medida que se va evolucionando los primeros vehículos se van tornando más sutiles, pero con la posibilidad cada vez mayor de actuar e influenciar en los planos más densos.

– ¿Cómo podrían definir ustedes aquellas leyes o principios universales?

– Hoy hay suficiente conocimiento en la Tierra sobre el tema como para empezar a aplicar conscientemente dichas leyes y principios, sólo que el problema es que el conocimiento compromete. Y es que la enseñanza de aquellas leyes es una herencia que les ha sido dada desde la época de las colonias extraterrestres y atlantes en Egipto.

La primera ley consiste en que uno puede crear lo que cree.. Si orientan su mente con una actitud positiva hacia la consecución de cualquier realización, ésta llegará a materializarse. Pero si por el contrario se dejan llevar por el pesimismo y la negatividad, todo a vuestro alrededor será reflejo de aquello.

En esta primera ley deben trabajar la concentración, la voluntad y la sabiduría.

La segunda ley consiste en que todo es un reflejo del universo que nos rodea, por lo que al ser parte consciente de la creación, ustedes también pueden y deben ser cocreadores de todo aquello que pueda ser edificante y positivo. Y es que también por ser el universo un acto de amor del Todopoderoso, vuestras existencias deben estar inspiradas y marcadas por el amor.

Las leyes que regulan el universo son las mismas que intervienen en la vida de un individuo, por lo cual conociéndose uno a sí mismo se puede llegar a conocer el universo y de la misma manera, afectarlo para bien o para mal.

En esta segunda ley deben trabajar el despertar de la conciencia, el discernimiento y la intuición.

La tercera ley es que el vehículo de acción o el medio de concreción de la creación es la palabra. La palabra es vibración y poder sobre la formas, porque decreta y materializa las cosas alrededor de uno y en uno. Es más: la palabra es la que da forma a las cosas.

Por la palabra se puede construir y hasta destruir. La palabra es una llave que puede abrir puertas entre las dimensiones, así como puede aperturar las conciencias y los corazones de los semejantes, pero sólo si ésta es bien empleada por alguien puro de corazón.

Los grandes problemas de vuestra actual humanidad se resumen en la carencia de comunicación; en la abundancia de mensajes sin poder; de palabras sin una vibración superior. La carencia de un ejemplo de vida y la falta de consecución de las enseñanzas ha hecho a las palabras: vanas y vacías. Por ello sólo se enseña bien cuando las palabras van acompañadas por el ejemplo.

Cuando restablezcan el contacto interno y como consecuencia recuperen el contacto con vuestros más cercanos, volviendo a ser honestos y sinceros en vuestros pensamientos y palabras, el universo se hará oír en ustedes y hablará a través de vuestras almas con la fuerza del poder para abrir mentes y corazones.

En esta tercera ley hay que trabajar con la respiración, inteligencia y la pureza.

La cuarta ley consiste en que toda realización cuesta esfuerzo y genera una fuerza de oposición, pudiendo medirse el valor e importancia de lo que se hace por el grado de dificultad antes, durante o después. Por ello, no deben amilanarse cuando las cosas se les complican pareciendo no tener solución, por cuanto todo lo que realmente vale, exige una máxima dedicación y suele ser un camino lleno de escollos, que va probando palmo a palmo vuestra voluntad y convicción.

El mundo ideal no existe, por lo tanto hay que crearlo todos los días y en todo lugar con la conciencia despierta y actitudes positivas que influyan sobre el ambiente y las demás personas. Por ello no caigan en el error de algunos que piensan en huir del planeta porque consideran que ya es tarde. Nosotros les podemos asegurar que aún no es tarde para cambiar y para que todo se transforme, pero todo variará si antes ustedes modifican sus patrones conductuales.

En esta cuarta ley deben trabajar la perseverancia, la tolerancia y la convicción.

La quinta ley permite entender que en el proceso de crecimiento todos habremos de pasar muchas veces de la luz a la oscuridad y viceversa. Se habrá de atravesar por períodos de cambio y de estancamiento. Y siempre uno precederá al otro, lo que nos hará estar permanentemente en guardia.

El contraste de estados nos enseñará a valorar y a dominar los momentos internos cambiantes, pudiendo desarrollar cada vez un mayor equilibrio o capacidad como para modificar a voluntad la situación, o hacer más llevaderos los momentos difíciles.

Al final cada uno debe llegar a conocer sus propios ritmos internos para dominarlos, llegando con ello a afectar las fluctuaciones del ambiente externo.

En esta quinta ley se deberá trabajar la fe, la paciencia y la esperanza.

La sexta ley indica que todo es consecuencia de las necesidades de nuestro actual aprendizaje y de las decisiones, pensamientos y actos con los que sembramos la vida, así como también por los procesos pendientes de existencias pasadas. Y es que cada vida se nos ofrece como una nueva aventura pero con mayor experiencia. Experiencia alcanzada de otras vidas, que se manifiesta en nuestra particular forma de enfrentar las propuestas que se nos van presentando; todo ello, como parte de un proceso de crecimiento hacia una expansión de conciencia, donde nada es dejado al azar; y donde también, no está dicha nunca la última palabra.

En esto no hay programas individuales o colectivos incompletos, ni programas definitivos e inamovibles. No se han descuidado los detalles pero todo puede variar. Todo se puede modificar para bien o para mal, dependiendo fundamentalmente de nuestra actitud frente a la vida.   Pero eso sí, la evolución es personal e intransferible, aunque paradójicamente ésta sólo se puede realizar en permanente interacción con los demás.

La cosecha de nuestra vida es el producto de la siembra de nuestras acciones.

En esta sexta ley se ha de trabajar el servicio con discernimiento, bondad y decisión.

La séptima ley nos enseña que todo en el universo busca su complementación, y que hasta en la dualidad, los opuestos son necesarios para el crecimiento de ambos. Por ello, necesitamos del otro para vernos reflejados en él y así superarnos cada día, logrando la madurez en nuestras vidas.

En esta séptima ley habremos de trabajar la comprensión, la tolerancia, el respeto y el amor.

– ¿Y cómo se puede trabajar la comprensión y la tolerancia?

– Aprendiendo a comunicarse, para así poderse entender y lograr con ello aceptarse. Pero preguntarán:¿Y cómo aprendes a comunicarte? Pues intentándolo, experimentando formas y diversas alternativas, hasta que las barreras desaparezcan y uno aprenda a desnudar su alma, mostrándose tal cual uno es. Para esto no necesitan llegar a ser telépatas, simplemente seres humanos que intentan sentirse y hacerse sentir. Además recuerden que lo importante es procurar hacer sentir bien a los demás, tratándolos como uno quisiera ser tratado.

– ¿Cuándo y cómo podemos trabajar con estas leyes o principios?

– Sin darse cuenta ya lo están haciendo.

Ningún principio funciona aislado o independiente de los demás. Por ello, en cada acto de la vida están aplicando todo esto, el asunto es ¿qué tan conscientes lo hacen? y ¿qué tan positivamente para ustedes y para los demás?

– Volviendo al inicio: ¿cuándo empezó todo en esta última creación?

– Hace miles de millones de años de los de ustedes.

– Según los últimos descubrimientos científicos realizados desde la Tierra y alrededores, no sería mucho lo que tendría el universo de haberse formado.

– Es que su planeta se encuentra en un tiempo alternativo, desfasado y diferente al del real tiempo del universo, por cuanto la Tierra fue seleccionada para un proyecto cósmico llegando allí civilizaciones que ingresaron por grandes puentes, pasos o túneles interdimensionales. Por ello y no sólo por las grandes distancias en el espacio, su visión desde la Tierra y su sistema, corresponden a una visión del pasado.

–¿Podrían aclarar esta información?

– Cuando un planeta con grandes potencialidades no tiene futuro y se va a destruir o ya se destruyó, podemos –previa autorización—, crearle un futuro alternativo. Pero más adelante se les irán esclareciendo los conceptos.

– ¿Podrían explicarnos cómo es que se movilizan por el espacio?

– El universo no está vacío, está lleno de la energía de todas las estrellas que la irradian y porque todo es de por sí la energía que creó a las estrellas, así que nuestras naves no necesitan de estaciones de servicio como ustedes para recargar combustible, simplemente, son ellas grandes condensadores de la energía del cosmos. Además, el universo está todo él atravesado por líneas de fuerza que son como grandes corrientes de energía que fluyen en distintas direcciones, como los meridianos en el cuerpo de un ser humano o como los ríos que pueden navegar conectando los países entre sí. Basta que una nave se ubique en estas líneas de fuerza como para que con un mínimo impulso se pueda alcanzar y rebasar la velocidad de la luz, comprimiendo el tiempo y el espacio, e ingresando a la cuarta dimensión.

Por un momento imagina una hoja de papel… Nosotros al transportarnos, no vamos en línea recta de un extremo al otro de la hoja recorriendo todo el papel, sino que doblamos la hoja y pasamos de una punta o otra, pero como si entráramos “hoy” aquí (una parte cualquiera del universo); y simultáneamente saliéramos “ayer” pero allá, del otro lado del universo. Esto a través de atajos cósmicos.

– ¿Esto quiere decir que los mismos seres que han venido a la Tierra hace un millón de años, o cien mil añoso hace tres mil, son los mismos que nos visitan ahora?

– ¡Ciertamente! … Para ustedes sí pasó todo ese tiempo pero no para nosotros.

Los pasos por el espacio son como los túneles en vuestras carreteras. El universo tiene pliegues que doblan el espacio; vórtices que lo pliegan, comprimiendo el tiempo hacia delante o hacia atrás, y es por allí por donde es posible viajar por el tiempo y el espacio.

– ¿Estos viajes los realizaron con su cuerpo físico?

– A veces sí, porque no siempre en necesario. Existen muchas posibilidades en el traslado dimensional. Además no todas las civilizaciones que están llegando a la Tierra poseen corporeidad física. Hay seres que son de energía, amorfos, pero requieren de naves físicas para movilizarse y llegar hasta donde están ustedes, para que su energía no se pierda en el espacio; hay otros seres que no se asemejan a la estructura antropomorfa del ser humano por lo que postergan el contacto directo, o a veces asumen una apariencia aceptable por ustedes para evitar el posible rechazo.

Pero en el caso de los viajes a través de pasos interdimensionales, la proyección puede ser física, astral, mental o espiritual, todo depende de las condiciones de preparación de la persona, así como de las necesidades del viaje y las condiciones del momento.

– ¿Y los otros universos cuántas dimensiones poseen y qué leyes los gobiernan?

– El universo mental posee tres dimensiones y tres leyes o principios. Y es que resulta ser que más allá de la séptima dimensión del universo material, como en la música, en una octava superior, se ingresa en un universo superior con sus propias dimensiones y planos, que ya no es físico sino mental.   Los seres que proceden de allí ya no son ni terrestres, ni extraterrestres, ni intraterrestres, sino que se les podría llamar “Ultraterrestres”. Ellos son los verdaderos creadores del universo material, habiéndolo hecho todo ello en nombre del Todopoderoso Dios único.

– ¿Ustedes creen en el mismo Dios que nosotros?

– La idea de Dios que actualmente manejan ustedes en la Tierra es la que los mensajeros del espacio les hemos compartido. Son ustedes los que creen en el Dios en el que les hemos iniciado. Pero es importante que sepan que no es éste un Dios extraterrestre que vive en otro planeta, sino que es aquella fuerza incomprensible e inconmensurable que lo abarca todo y que está en todo.

– Y entonces ¿de dónde sale la visión de un Dios castigador?

– Tales distorsiones proceden de la confusión de la fuente con los intermediarios, así como de la manipulación de las conciencias para imponer nuevas directivas por parte de todos los involucrados, ya sean terrestres como extraterrestres. Hoy pueden comprenderlo, pero ciertamente nada de ello se justifica, aunque en la mayoría de los casos fuera producto en su momento de sinceros intentos por orientar resultados positivos.

– ¿Buscando qué?

– Buscando que la humanidad de este planeta llegase pronto a tomar conciencia de su rol y lo realizase, en beneficio de todos, incluyendo de aquellos que nos encontramos expectantes.

Volviendo a la idea transmitida sobre el universo mental te diré que las tres leyes o principios que allí rigen son: La ley de la Voluntad Consciente, la Ley de la Sabia Creación y la ley de la Generación de Experiencia. Las dos primeras podrían definirse como leyes encaminadas al buen propósito y mejor resultado en la evolución de los universos, y funcionan como ingredientes en un alimento a prepararse; y la tercera ley más bien como los condimentos que le darán el especial sabor final.

En el tercer universo llamado también original, que es el espiritual, hablamos de dos dimensiones más y de dos leyes, la de la Unidad y la del Amor.

Todos podemos llegar a conectar con aquellos dos universos superiores y con las leyes que los gobiernan, pues a través de los siete cuerpos mencionados anteriormente, se puede acceder a dicha experiencia, sólo que dependerá de que cada vez haya en uno mismo una mayor conciencia y compromiso.

Los primeros tres vehículos del ser humano: el cuerpo físico denso material, el astral que es el cuerpo de las emociones y los deseos, y el tercero que es el mental inferior llamado también carácter y personalidad, conectan a través del plano de la conciencia material con el universo material de siete dimensiones.

Los siguientes tres cuerpos son: el mental superior, vehículo de las potencialidades paranormales o la propia cuarta dimensión; el alma llamada también la “catedral del espíritu” que es el registro de las vidas anteriores; y el espíritu que es la conciencia. Estos tres vehículos conectan a través del plano mental con el universo mental de tres dimensiones.

Y el séptimo vehículo es la esencia, que se puede dividir en: voluntad, sabiduría y amor, nos conecta a través del plano espiritual, con el universo espiritual de dos dimensiones más.

El universo material fue creado por el universo mental, porque el mental se experimenta a sí mismo a través del material, buscando con ello a la fuente de todo. Porque es a través de la acción material dirigida con conciencia, que lo mental puede llegar a vivenciar la esencia espiritual.

En esta última creación las primeras civilizaciones que fueron surgiendo, lo hicieron dirigidas por los seres ultraterrestres, quienes marcaron la pauta del desarrollo procurando la consecución de un ideal mental que ellos mismos habían propuesto.

Estas civilizaciones alcanzaron rápidamente niveles muy altos de evolución, pasando así de la tercera a la cuarta, de la cuarta a la quinta, y de la quinta a la sexta dimensión de la conciencia. Este avance se producía como consecuencia de la colaboración que realizaban unos con otros, ayudándose a progresar en una larga cadena de solidaridad.

– ¿Nosotros aquí en la Tierra en qué nivel nos encontramos?

– Ustedes son seres de tercera dimensión de conciencia en un tercera dimensión física, o sea “seres 3,3”. Pero hay algunos seres humanos en vuestro planeta que ya sea por su avance actual o por su trayectoria en existencias pasadas se encuentran en un nivel 3,4 lo que significa, que aunque pertenecen a una dimensión de existencia bastante densa, se mueven alternativamente en un nivel de conciencia de cuarta dimensión. En otras palabras, vivencian diversas manifestaciones conscientes o inconscientes de sus facultades psíquicas, pudiendo –si se lo proponen—, ejercitar y llegar a dominar en cierta medida su percepción extrasensorial. También hay uno que otro individuo 3,5 y hasta 3,6, que como dijimos, viven unos con conciencia de vidas pasadas o actúan en consecuencia con la madurez alcanzada en ellas, y otros que se desenvuelven con una conciencia espiritual manifiesta en actitudes de verdadero compromiso con los demás.

Volviendo a la historia: Llegó el momento en que algunas de las civilizaciones lograron alcanzar un muy alto nivel de evolución, esto es, una sexta dimensión de la conciencia y de pronto no se pudo avanzar más, produciéndose como un estancamiento general, lo cual era algo terrible, por cuanto bien saben que el universo material es dinámico; y un estancamiento significaría una crisis grave, una verdadera contradicción. Esto llevó a que se produjera una especie de Concilio Cósmico entre los seres ultraterrestres, para deliberar sobre las causas y consecuencias de dicho estancamiento.

– ¿Llegó un momento en que no podían ser mejores de lo que eran? ¿Qué les impidió llegar a la séptima?

– Ciertamente se llegó tan rápido a niveles tan altos que se perdió la perspectiva. Sobre todo porque el patrón u orientación procedía de los seres mentales, que valga la reiteración son muy mentales, los cuales no poseen la conexión vivencial con el universo espiritual (su conexión con lo espiritual es mental) y requieren aprender a través de la experimentación espiritual que puedan lograr los seres del universo material.

– ¡Los ultraterrestres nos necesitan! (Comentario del grupo.)

– ¡Todos nos necesitamos mutuamente!… El orden del universo nos enseña que hay que actuar con solidaridad y reciprocidad.

En este proceso al cual hacíamos referencia, se había logrado conectar el universo material con el mental a través del plano mental, despertando los vehículos mental superior, alma y espíritu, pero no se había llegado a conectar lo material con lo espiritual a través del séptimo vehículo que es la esencia. Por ello, las civilizaciones avanzadas llegaron a ser mentalmente espirituales pero no espiritualmente espirituales.

– Esto nos recuerda aquello de que “no hay nadie por muy sabio que sea que no tenga algo que aprender y nadie por muy humilde que sea que no tenga que enseñar”… ¿Pero, podrían explicarnos en qué se había fallado realmente?

– Durante el Concilio, uno de los ultraterrestres, también llamados “Helel” que significa “Los Resplandecientes”, aportó que según su apreciación , el error cometido se debía al hecho de haber permitido que se accediese demasiado fácilmente al conocimiento, restando méritos al esfuerzo de hallarlo. Por lo mismo recomendaba que se invirtiera la figura, y se hiciese lo necesario para dificultar las cosas, introduciendo en el universo material seres mentales que colaboraran en el ocultamiento de la información y dificultaran al máximo el acceso a ésta. Estas entidades actuarían como disociadoras, separando lo que estaba unido, y creando la ilusión de la imposibilidad e inaccesibilidad hacia lo superior y trascendente. Estas entidades ustedes las conocen tradicionalmente como los demonios o diablos, a las que con el tiempo se les fueron sumando diversos tipos de espíritus, incluidos los de los muertos terrestres atrapados en el bajo astral.

El problema que se planteaba era que la entidad que sugería la modificación de las reglas del juego, consideraba que debía seguirse trabajando con las civilizaciones más avanzadas, que dependían directamente de ellos. Estos discípulos de aquellos apoderados cósmicos, merecían según su parecer, la prioridad en el proyecto de avance evolutivo, porque además, según él, les restaba muy poco para alcanzar el nivel superior más alto: “la séptima dimensión de conciencia”.

Pero si bien es cierto que los demás seres ultraterrestres valoraron su aporte, no estaban de acuerdo con que se variasen las condiciones y la relación con las civilizaciones más adelantadas, lo cual podría ser percibido o interpretado como una traición por parte de los Helel; y que más bien, de buscarse y experimentar alternativas nuevas, debía trabajarse con civilizaciones que recién se hubiesen iniciado o que todavía no habían surgido, y fueran a tener un destino incierto. Por ejemplo, planetas adecuados para un desarrollo superior pero que fueran a tener una desaparición súbita.

Esta modificación no le agradó a aquel autor de la propuesta original y del diagnóstico sobre el estancamiento evolutivo, aquel que ustedes conocen legendariamente como Luzbel. Un ser ultraterrestre del universo mental, uno de los más importantes ente los Resplandecientes.

Así a aquel a quien hoy llaman “Lucifer” o “Luzbel” (“portador de la luz” en la lengua latina), le disgustó la posibilidad de que civilizaciones noveles, y para él advenedizas; que no habían recibido la instrucción directa de ellos como fuente, pudiesen alcanzar rápidamente niveles muy elevados de evolución y hasta lograran encumbrarse por encima de las otras civilizaciones más antiguas. Y así manifestó entonces su descontento saboteando de diversas formas el Plan Cósmico que surgió de aquel Concilio.

– ¿Podrían darnos un ejemplo de toda esta situación?

– Por un momento imagínense que la evolución en esta última creación es como una movilidad (un auto) de los que ustedes conducen, y que se encuentra subiendo por una cuesta, hacia lo alto de una muy empinada colina. Cuando ya les faltaba poco para alcanzar la cima y luego descender con toda facilidad, siempre y cuando los frenos y la destreza lo permitieran, la movilidad de pronto se detiene bruscamente… No restaba casi nada para llegar a la cumbre y sin embargo, el medio de locomoción se ha estropeado. Y no hay forma de echarlo a andar.

Esta es exactamente la situación: las civilizaciones más avanzadas se encuentran estancadas sin poder llegar a la cumbre, a pesar de que les falta poco. Empujar hacia arriba es imposible, y esperar a que llegue un remolque, sería como aguardar todo el tiempo que les demoró ascender hasta allí. Por ello se planteó la posibilidad de crear una alternativa mediante un experimento especial en planetas de categoría “Ur”.

– ¿Qué es un planeta “Ur”?

– En la Galaxia hay cientos de miles de millones de estrellas formando sistemas solares. La mayoría de los sistemas son binarios o trinarios, lo que significa dos o tres soles. Pocos son los sistemas de una sola estrella donde suelen surgir planetas de clase “Ur”, que son conocidos por tener un aura marcadamente azul y, no sólo por el reflejo de su composición atmosférica, sino por su propia vibración, lo cual los hace ser planetas predestinados para un desarrollo espiritual superior, siempre y cuando logren superar sus agudas crisis de inestabilidad.

Sí, estos mundos son muy inestables, sujetos a una vida efímera, debido a que fácilmente entran en convulsión o atraen otros cuerpos del espacio que colisionan con ellos destruyéndolos. Pero a la vez, esta inestabilidad permite una gran biodiversidad. Por ello, suelen ser seleccionados como laboratorios de experimentación natural de nuevas formas y alternativas de vida y evolución.

La Tierra es uno de esos planetas “Ur”, que fue seleccionado junto con otros mundos pertenecientes a galaxias del grupo local del que forma parte la Vía Láctea, para llevar a cabo un proyecto que consistía en tratar de crear las condiciones como para que más adelante surgieran en ellos, civilizaciones con un potencial psíquico y espiritual capaces de ubicar y abrir por sí mismos puertas entre las dimensiones, para reconectar en su momento los universos, entre sí a través de las dimensiones y planos de conciencia. Para lograr lo que los otros no habían conseguido pero en un tiempo sin tiempo.

Volviendo al ejemplo anterior, imagínense que estando estancados, en vez de esperar la grúa pudieran sin perder lo alcanzado, retroceder con cuidado para que con el impulso intentaran accionar su máquina, o también el que la grúa pudiera materializarse allí mismo de manera instantánea, sin haber tenido que perder tiempo aguardando. Y es que si por un momento tratamos de visualizar al situación, veremos a la evolución como expectante de otra evolución paralela, creada al lado.

De pronto, se establece un círculo imaginario que lleva a partir del punto inicial –el lugar de estancamiento de los planetas superiores—, a trabajar durante un largo tiempo que sólo transcurre para los directamente involucrados en él (la Tierra y otros planetas Ur), para así irse cerrando poco a poco dicho círculo mientras se va creciendo en madurez y conciencia. Este retorno, que significa volver pero por sí mismos al punto de donde partió todo, habiendo en el camino, experimentado y descubierto alternativas nuevas de progreso y avance, serviría en su momento de inspiración o pauta a los observadores y promotores de dicho experimento, para llegar juntos a dar el gran paso a séptima. Al ser un hecho los viajes en el tiempo y el espacio, se pueden crear a su vez tiempos alternativos, donde se puedan barajar posibilidades nuevas y convenientes. Por ello, que no les resulte difícil pensar que uno puede saltar dentro de un tiempo que tiene forma espiral, y viajar así al pasado de mundos que se destruyeron en su proceso de formación, y que si se llegase a evitar dicha destrucción, dependiendo del momento en que se hiciese la modificación, no se estaría alterando inconvenientemente, sino que en gran medida, se estarían creando nuevas oportunidades con consecuencias muy positivas, que podrían beneficiar a muchos.

– ¿Y qué hay del destino?

– La voluntad heredera del Creador nos permite modificar y alterar, creando nuestro propio destino.

– ¡Pero, estamos hablando del nuestro, no del de ustedes! (Comentario del grupo.)

– Todos los destinos están interrelacionados. Y se puede modificar hasta donde se nos permite poder hacerlo. ¿Recuerdan aquello de la ética cósmica?

En el centro de este grupo local de galaxias se encuentra la nebulosa de Andrómeda, allí hay un Consejo de Galaxias. Esto es, los representantes de los consejos locales. A este Consejo Principal se le conoce como el Consejo de los Nueve de Andrómeda, y la relación entre este consejo y los consejos locales, se la conoce como la Gran Hermandad Blanca de la Estrella. Ellos mantienen una guardianía superior sobre el equilibrio de esta parte del universo.

Cuando se vino a la Tierra aún no habían seres inteligentes sobre la faz del planeta, pues se vino en el pasado.

–Cuando vinieron ¿ese pasado ya había transcurrido para ustedes? O sea ¿ya sabían lo que venía a continuación?

–Como bien saben, los acontecimientos no tienen necesariamente que haber transcurrido para saberse su desenlace, para esto existen capacidades psíquicas de anticipación como lo son la premonición y precognición. En el caso de la Tierra no sólo se sabía que el planeta iba a alcanzar un cierto desarrollo que luego quedaría trunco, sino que en el real tiempo del universo el fatal desenlace ya había ocurrido.

Un detalle interesante para ustedes es que los seres más inteligentes que llegarían a surgir sin una directa intervención foránea serían los antepasados de las ballenas y los delfines; seres llenos de la magia de este mundo, que actuarían como guardianes naturales del planeta, pero sin ninguna capacidad de modificar su entorno.

El proceso quedó interrumpido cuando el planeta recibió una gran cantidad meteórica, acabando con la mayor parte de la vida allí y dejándolo como un náufrago en los estertores de la muerte. Por ello, al intervenir los enviados, se procuró modificar las cosas como para que el planeta sobreviviera en una primera etapa a su inestabilidad y a la dinámica universal bastante agresiva. Así, una vez que surgiera vida consciente con capacidad de transformación, ésta debía luchar por su propia supervivencia tanto material como espiritual, pero siempre bajo una supervisión exterior, pendiente de los avances que fueran alcanzando.

La Tierra como dijimos, no fue el único planeta seleccionado. Se escogieron dos planetas por galaxia de un total de cuatro galaxias.   Eran ocho mundos, todos con las mismas oportunidades, y siempre, a partir de pertenecer a la categoría “Ur”; pero planetas donde el proceso de vida hubiese cesado violentamente y pudiesen hacerse las modificaciones del caso.

Si se llegaba a cumplir con el programa previsto para cada uno de esos mundos, no se estaba afectando negativamente el orden universal, por cuanto originalmente no hubiese sido; y si por cualquier motivo se interrumpía el proceso en el camino, tampoco afectaba, porque de todas formas no iba a ser. Se habían tomado todas las precauciones para que las intervenciones crearan posibles alternativas positivas y ninguna negativa.

– ¿Quiénes eran los enviados y de dónde procedían?

– Hace miles de millones de años de los de ustedes, fueron comisionados por el Consejo de la Confederación de Mundos, para viajar a través de los pliegues cósmicos o pasos interdimensionales, un grupo de los llamados ingenieros genéticos o también “Jardineros Cósmicos”. Eran seres procedentes de la Constelación del Cisne, que llegaron a vuestro mundo cuando estaban en pleno proceso de formación sus océanos. Ellos, aceleraron el proceso modificándolo, sembrando esporas y ayudando a la transformación de los océanos ácidos del planeta, en mares alcalinos.

Las naves de estos sembraderos de vida, aterrizaron en los fondos oceánicos constituyéndose en bases submarinas, y supervisando el proceso planetario. Las tripulaciones claro está, iban y venían por el espacio y el tiempo, estando así sujetas a un tiempo diferente del que se vivía en la Tierra.

Esta primera civilización asentada en vuestro planeta se la podría llamar Antártica, por haber estado ubicada su base cerca de lo que hoy por hoy corresponde al continente helado.

– ¿Podemos continuar en estos días?

– ¡Claro que sí!

El contacto continuará siempre que ustedes lo permitan y se predispongan para ello.

 

Con amor, Oxalc

 

Extracto del “Libro de los guardianes y vigilantes de mundos”.  Sixto Paz Wells.

 

Para descargar de Internet:  “ELEVEN” – Biblioteca del Nuevo Tiempo. Rosario – Argentina

 

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